Os dejamos el articulo que ha escrito el compañero JSO sobre su sesion de ensueño en semana santa...
Después de unos días en el Orellana en la quedada del club Carp Extremo en compañía de amigos que nunca olvidare por el bolo que nos comimos todos decidí volver a salir de pesca para intentar quitarme ese mal sabor de boca.
Destino el mítico pantano de Sierra brava, hacia ya unos meses cuando el pantano estaba bajo de agua me acerque a reconocer dicho pantano en busca de posibles pesquiles y encontrar en ellos algunos spots, y sabiendo que estaba a rebosar de agua y teniendo aun cebo de la ultima sesión, no me pude resistir a intentarlo puesto que sabia que el día 1 de abril cerraban el coto.
A si que al día siguiente a las 5 de la mañana cargue mi pequeño Renault Clío y en compañía de mi novia Laura emprendimos el viaje a la aventura.
Por el camino no cesaba de llover cosa que ya sabia de antemano pero como a todo aquel que le gusta esta afición cuando ya tenemos la idea de una gran sesión nada nos puede parar.
Llegamos a Zorita y sacando los permisos me dieron la mala noticia de que a la zona donde yo pretendía llegar estaba inaccesible por la subida tan prominente del pantano en tan poco tiempo, puesto que tenia que cruzar dos arroyos los cuales se habían convertido en parte de pantano activa, con lo que cambie mi preferencia de lugar a la segunda opción que tenia en mente, un puesto donde nuestras amigas iban a estar por la proximidad de la freza, la abundante comida natural que hay en este lugar y el refugio de bosques acuáticos de encinas. Tal fue mi sorpresa y decepción al descubrir cuando llegue al camino que este estaba embarrado por todos los vehículos que habían pasado por el, estaba muy complicado para conducir con un Clío cargado y dos personas, aun así me arriesgue y entre en la zona, no sin apuros claro. Intente buscar algún lugar un poco apartado de todos los compañeros de hobby que se encontraban en este lugar , estaba claro que no era el primero en llegar a este camino en busca de estos monstruos acuáticos de dos cifras.
Tras no encontrar sitio y sabiendo que la lluvia no iba a parar en días, decidí intentar mi ultima opción, no quería quedarme atascado dentro de un par de días si decidía abandonar la jornada y verme obligado a pagar un dinero por llamar a un tractor a que me sacara del barro. A si que después de una hora de apuros derrapes y atolladeros salí de nuevo a la calzada.
Llame a mi amigo y compañero Antonio Cáceres, Sabiendo que este lugar estaba lleno de reculas con poca profundidad, siendo buenas para el desove de la carpa. Tras hablar con el y casualmente encontrándose en dicho lugar fui a su encuentro.
Una vez en la zona conocí a unos nuevos amigos puesto que no estaba solo: Zapata, Manuel, Maqueda, José y Carlos le acompañaban. Después de saludos presentaciones y demás, me coloque en uno de los puntales que daba a pantano abierto, puesto q tenia la cumbre de una isla que asomaba por mi derecha y una recula a mi izquierda, me pareció buen sitio para cortarlas el paso, puesto que a mi espalda se encontraba una gran recula y el aire soplaba para ella, colocado el refugio el trípode y las cañas y siendo ya las 15:00, eche los anzuelos al agua con unas mallas de pva. Tras unas horas suena la alarma, y sin mas después de la lucha conseguí sacar una preciosa común de unos 17,50kg. Estaba encantado puesto que era mi nuevo record!!! Sesión de fotos y al agua, no teniendo mas picadas en todo el día
Llegando la noche tuve dos picadas mas y saque otras dos comunes de 8 y 12 kg, la verdad es que estaba encantado por que no podía pedir mas con el tiempo tan malo que hacia.
El segundo día vi que no era el único que babia sacado algo, Manuel tenias en un saco de retención, una común de 15kg, José y Carlos que estaban mas hacia la recula de mi espalda nos contaban que estaban teniendo muchas picadas que por la noche tuvieron que sacar las cañas para poder descansar, estaba siendo una buena jornada, estábamos todos contentos.
El segundo día nuestros amigos se marchaban y Antonio decidió ponerse mas pegado a la recula, puesto que ya había algo de cebo y estaba mas resguardado del viento, y yo decidí hacer lo mismo por que el pantano estaba subiendo mucho por hora, tal era este crecimiento q tuve que cambiar y retirar el trípode dos veces en el mismo día y de un momento a otro iba a tener que mover ni refugio , aparte de que sabíamos que había mas movimiento en esa recula,
Tras cambiar de pesquil y sin marchar aun nuestros amigos arranco con fuerza una de las alarmas de Antonio el cual se encontraba lejos de su trípode dejándome a mi a cargo de el, y tuve el honor de sacar una royal de 17 kg,
Antonio en esa tarde saco otra espectacular común de 15kg y desde aquí fue un sueño echo realidad, las alarmas de nuestros trípodes no paraban de sonar, sacando peces de 10, 12,14,16 kg sin parar la lluvia y el aire no cesaban, la noche fue una locura y tras no poder dormir y tener tres sacos de retención llenos, decidimos sacar las cañas del agua.
A la mañana cansados pero con fuerzas sacamos a los peces a la moqueta para hacernos una buena sesión de fotos y devolverlos al agua, y ese día se repetía la historia, perdiendo la cuenta de las capturas, a medida q se acercaba la tarde iban entrando peces de mas tamaño, en la parte menos profunda de la recula se veía el chapoteo de estas maravillas desovando, siendo el trípode de Antonio el que mas picadas tenia por su proximidad a esta zona, tengo que decir que este hombre es todo corazón por que la gente se acercaba al ver que no parábamos de sacar peces y mientras estaban allí hablando con nosotros sonaban las alarmas y Antonio les dejaba luchar a la carpa sin pensárselo, teniendo incluso en dos ocasiones que intervenir yo por algún doblete.
Llegada la noche cansados y con sueño, tome la decisión de no echar las cañas puesto que mi novia Laura no había dormido tampoco nada por el receptor, Antonio hizo lo mismo para descansar, estábamos agotados, mojados, destemplados y sin ropa seca pero ENCANTADOS!!! de vivir ese sueño.
Pasada la noche y sacando una ultima común de 17,80kg recogimos los bártulos tras haber perdido la cuenta de cuantas capturas y picadas tuvimos, pero sin exagerar fueron mas de 35.
Una despedida muy cariñosa y con tristeza de haberse acabado partimos cada uno para su hogar, deseando enseñar las fotos a amigos y familia. Y así acabo nuestra aventura.
*Estoy convencido de que hay un niño dentro de cada pescador y mantener la pasión por la pesca hace que este niño viva feliz.
Después de todo, la verdadera pasión por la pesca consiste precisamente en tener sueños y un fuerte deseo de que algún día se hagan realidad (Leon Hoogendijk)
Autor: Jose Sanchez Ortega “J”
Las fotos:
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